He aquí un par de muy recomendables entrevistas con Marino Pérez, especialista en Psicología Clínica y catedrático de Psicopatología en la Universidad de Oviedo. Es autor además del libro Volviendo a la normalidad.
Según el científico, no hay ninguna causa neurobiológica o genética que justifique el Trastorno por Déficit de Atención. Por eso afirma que “El TDAH no existe, y la medicación no es un tratamiento, sino un dopaje”. No niega que los niños con ese trastorno tengan problemas pero “son problemas normales de la infancia”. Lo que se debe hacer es enseñar al niño pautas de atención y autocontrol, algo que en este país se nos da peor incluso que las matemáticas. Pero en vez de hacer eso, se le medica, sin que eso tenga mayor sentido que “aliviar los problemas que tienen los adultos con esos niños”. En definitiva, dimitir de la tarea educativa propiamente dicha.
En un momento de la entrevista dice que “a sentarse es algo que hay que aprender”. Es fácil de entender por qué este neurocientífico carece del atractivo mediático de otros que olvidan que la tarea de la ciencia es la contraria a apuntalar mitologías interesadas y hablan del amor como requisito sine qua non para aprender (Francisco Mora, por ejemplo). Y es que la sensatez y el conocimiento en educación gozan, por lo general, de escaso prestigio. Y así nos va.
En ABC se hace una reseña…y en La Voz de Galicia.